Hace aproximadamente 4 años durante el proceso de mudarme de México a Bélgica, recuerdo que empecé a separar en mi apartamento las cosas que eran para vender, regalar y otras para conservar.
Después de haber regalado, vendido y decidido lo que me acompañaría en mi próxima aventura (debía seleccionar muy bien ya que tenía poco equipaje) solo quedaron las cosas que no clasificaban en ninguna de las categorías anteriores.
Gran parte de esta “basura” eran envases plásticos de productos de belleza, aseo personal y del hogar. Entre frascos de shampoo, acondicionador, tratamientos, desodorante, exfoliantes, cremas para la cara, cremas para el cuerpo, bloqueadores solares, maquillaje, detergentes, etc. ¡MI CANECA DE RECICLAJE ESTABA LLENA!.
No me di cuenta en qué momento adquirí tantos productos en plástico y algunos tan costosos. Investigué en Querétaro (la ciudad donde vivía en ese tiempo) donde podrían aprovecharlos para que no se fueran al relleno sanitario y los llevé a reciclar.
De esa experiencia surgió la inquietud de empezar a usar productos sin empaque y entonces ya en Bélgica empecé a buscar opciones más amigables con el medio ambiente. Fui a una cadena de supermercados en busca de productos “diferentes” y solo encontré productos de marcas convencionales envasados en plástico y aluminio.
Entonces entendí que debía buscar en tiendas que promovieran el consumo responsable. Encontré varias tiendas que vendían alimentos a granel y orgánicos, afortunadamente también tenían opciones de productos para aseo personal y hogar cero desperdicio. Muchos de estos productos sin empaque coincidían en que eran artesanales y naturales.Esta imagen es de mi tienda favorita en Bélgica. , L'entre pot.
Pero había una parte de mi que todavía se resistía a usar productos sin registro sanitario o de laboratorios “desconocidos”, pero todos esos miedos me los quité investigando por qué eran mejor estos productos naturales. Encontré los efectos nocivos en la salud que tienen los parabenos, fatalatos, fragancias, entre otros que contienen la mayoría de productos convencionales. Definitivamente no quería estos químicos en mi casa y menos en mi piel.
Los primeros productos de cuidado personal que cambié fueron el cepillo de dientes (de uno plástico a uno de bambú), la crema dental (de una química a una natural), el shampoo (en envase plástico a shampoo sólido), el desodorante (en aerosol a uno en spray natural), la copa menstrual y toallas de algodón orgánico (de toallas higiénicas y tampones a la copa).
Al principio no me sentía cómoda ni sentía que limpiaran con la misma efectividad que los productos convencionales, pero al pasar los días me di cuenta que solo era una mezcla de resistencia al cambio, miedo y costumbre. Estaba muy acostumbrada a la crema dental y el shampoo que hacían espuma y “limpiaban mejor”.
Pero no les voy a mentir, esto es una cuestión de prueba y error, lo que funciona para los demás no necesariamente me funciona a mi y viceversa. Por ejemplo, la crema dental y el desodorante fueron de los mayores retos, probé cualquier cantidad de estos muchos hechos por mi, otros comprados pero seguía sin estar satisfecha hasta que encontré los que me funcionaron a mi.
Otro reto resuelto fueron los cosméticos. Hace casi tres años uso cosméticos naturales, muchos de ellos son DIY (do it yourself), unos han funcionado, otros no. Mi descubrimiento más reciente son los cosméticos orgánicos y recargables de ZAO Organic Makeup, y no podría estar más satisfecha con ellos ya que son veganos, orgánicos y cero desperdicio.
En conclusión una cosa me llevó a la otra, después del interés por no generar desperdicio, surgió la inquietud de investigar que contenían los productos de aseo personal y de hogar. Gracias a eso cambié un par de hábitos más que me han llevado de la mano a tener un estilo de vida más amigable con el medio ambiente y con mi salud.
En este momento me siento plena con lo que uso y sé que productos me funcionan y qué necesito para conservar el balance del bienestar del medio ambiente y el mío. Así se ve actualmente mi baño y la segunda foto es como se ven los productos de cuidado personal cuando viajo.
Quédate pendiente de nuestro próximo blog ya que hablaremos a detalle a cerca de todos los químicos dañinos que contienen los productos de aseo personal convencionales y enfermedades que estos pueden generar a largo plazo.